A este gran Ayuntamiento
tenemos que agradecer
el acuerdo que ha tenido
con respecto a la vejez.
La vejez, ¡ay, qué palabra!
Y somos capaces de bailar,
y de tocar la guitarra,
y de contarte una historia
recordando su pasado.
Y sólo con escucharlo
el abuelo está pagado,
pues no existe enfermedad
que produzca más tristeza
que llegar a la vejez
tratao con indiferencia.
Y yo quisiera gritar
y decirle al mundo entero
que cuando pase un anciano
que se quiten el sombrero.
Porque tenéis que saber
que lo que ustedes son hoy
nosotros fuimos ayer.
Y les daremos las gracias,
las gracias de corazón,
lo mismo al Sr. Alcalde
que a toda la Corporación.
lunes, 2 de noviembre de 2009
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